No existe
momento más difícil en una pareja que una separación. Haya sido por las buenas
o por las malas, te hayas condenado o salvado, separarte de quien ha sido tu
compañero de vida por unos cuantos años, es para mi gusto, obligarse a bailar
con la fea un rato.
La
discusión previa a la toma de una de las decisiones más importantes de tu vida,
te resuena cada vez que te preguntan ¿Por qué te separaste? Porque
es así, todos te preguntan y todos opinan. Viene dentro del pack del divorcio,
el tener que explicar y explicar y explicar cientos de veces a personas,
algunas para ti importantes, y otras no tanto, qué fue lo que sucedió. ¿Cómo no
entienden que a veces simplemente, la cosa no funciona, por mucha voluntad y ‘pino’ que le ponga
uno o el otro? Para bailar vals, ciertamente se necesitan dos.
A
un año de mi pseudo-divorcio con quien fue mi compañero durante cuatro años en
lo real y diez en ‘lo virtual’ (nos conocimos por internet), creo que puedo
hablar con certeza y claridad sobre esa experiencia tan heavy. Hoy miro la situación con objetividad, pero aún
así siento que es el peor momento que me ha tocado enfrentar en mi vida.
No
pienso en lo absoluto que para él haya sido más fácil. Si bien finalmente él se
quedó en el departamento que ambos construimos como nuestro hogar, éste estaba
repleto de decoración que yo elegí, por lo que mi presencia estaba impregnada
en cada rincón. Yo por mi parte, me llevé los bellos recuerdos de esa parte de
mi vida; también de la experiencia de pasar de la dependencia emocional y
económica de mis padres a la dependencia emocional y económica del que pensé,
se transformaría en mi marido.
En
fin, un día antes de la nochebuena, decidí decir ¡basta! Ese fin de semana yo figuraba comprando
como loca en el mall los ocho mil regalos para
nuestras familias; mientras, como siempre él, dedicado trabajador, para esas
fechas estaba, o tapado de pega o tapado de carretes. Para ser honesta, como
que había visto venir la separación (es que uno sabe cuando está próxima). Lo
que sí, jamás creí que fuera para la navidad, época de reflexión, de
renovación, de nostalgia, de cariño y de amor.
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