viernes, 25 de octubre de 2013

Enamorarse de pendejos como deporte extremo.

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Hombres de 30 ¡¿Dónde están?!

Desde que estoy soltera, encontrar a un treintón ha sido más difícil que el camino al Everest con los ojos vendados (no hago la analogía como experiencia propia, si no que porque de  sólo pensarlo me canso, me da vértigo y flojera) De verdad, pareciera que son una especie en extinción. En fin, durante meses, sólo conocí a hombres menores que yo. Juro por Dios, que en una me rendí y me dije “Misma, si es más chico que tú, mejor quédate sola”

No es que crea que los hombres menores que yo sean malos hombres, ni nada por el estilo. Es más, en “la” experiencia que tuve lo pasé bien, la mayor parte del tiempo. Sin embargo, a mi edad, oe! Es tan difícil seguirles el ritmo por DioR, en todo sentido, ¡Sí! En todo sentido.

http://www.facebook.com/illustratedgirl - Karina Belman 


Cuando tienes una diferencia de edad superior a los 4 – 5 años, se nota; no me vengan con cuestiones, no me dejen sola, por favor. La diferencia es casi generacional, los recuerdos de infancia no son los mismos, no disfrutas de las mismos hits de antaño, no tienen pasado en común, cuando tú estabas en 8°, el otro estaba en 4° básico pos!!!! Y para ese entonces, estábamos a una reforma educacional de diferencia. Porque si no tuviste Técnico Manual en el colegio, erís muy joven pa’ mi, así de corta.

Por otro lado, si esto lo llevamos a la energía de los cabros chicos, por Dios, que energías tienen. A estas alturas de mi vida, al menos yo, ya no estoy pa’ salir a bailar a discos viernes y sábado y hasta que paren las música y enciendan la luz. Es más, voy uno de los dos días, me vengo antes del cierre, amanezco derrotada y con una caña peor que la de los 15. Es que a cierta edad, no es que nos falte calle, es que ya no estamos pa’ ciertos trotes. Valoras mucho más el carrete casero con los amigos, por mucho que sea un asado de vidrio, la caña ya no es la misma, porque al igual que tú, tus amigos han crecido y ya no te tomay el copete rancio por tomar, uno se cuida, ¿Vio? Pero estos cabros chicos, se toman lo que pillan, en donde sea, a la hora que sea, la wea es carretear. Da igual como andes al otro día. En exceso irresponsable.

Entrando en terreno sexual, son imparables y aunque no descarto que eso sea bueno en muchos aspectos de la vida, cuando estay cansada, estresada, medio moribunda, de verdad, de verdad, por muy rico que sea, querí que puro se vaya a la mierda con su conejismo extremo. De verdad, socios, a veces y a cierta edad, necesitamos que hagan lo suyo, pero también necesitamos recobrar energías, porque el sexo, siempre es bienvenido, pero no es lo único que nos hace brillar el pelo al otro, ni lo único que nos hace andar felices y sonrientes por la vida ¡Gracias a DioR!

Si a estos dos aspectos le sumamos la co-dependencia parental, la cosa se va poniendo más color de hormiga, porque te sientes no sólo teniendo un pololo, si no que una hermana mayor o menor, un papá y mamá extra en la vida. No niego que el cariño de los suegros, los cuñados sea rico, pero todos los extremos son malos y cuando decides estar en pareja, por muy menor que seas de tu pareja hay ciertos límites que no se pueden transgredir, los límites del ser pareja, si para eso están juntos, no para ser familia extensa, ni siquiera para ser familia.

No sé cómo será en el caso de los hombres, pero en el caso de las mujeres, creo que hay que tener harta paciencia (y no porque sea profe tengo mil puntos a favor) porque a la diferencia generacional, tenemos que sumarle la gran etapa de desarrollo en la que se encuentra el lolo, esto es lo que finalmente, influye en todo lo anteriormente descrito. No digo que no se puedan llevar bien, ni nada por el estilo. Me saco el sombrero ante las mujeres que son capaces de sobrellevarlo, yo siento que igual no pude, que por mucho que no lo expresara, a ratos me enrollaba y me pillaba sintiéndome extraña, sobre todo cuando vienes de una relación con alguien mucho mayor, es indudable que se te crucen las historias y te sientas haciendo cosas que hacías cuando eras más chica.

De verdad, gran valor para aquellas que hacen del deporte extremo,  su vida. Yo terminé con ravotril para dormir y energizantes para despertar, andaba raja. Mi vida nunca ha sido muy deportiva, soy más bien floja, así que ni volver a pensar en el deporte extremo.

En esta parte mi madre me diría: Nunca digas, de esta agua no beberé.


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