Algunos saben la historia
de por qué no tomo agua potable, ese no es tema de este post y no lo será de
ningún próximo, así que no se ilusionen XD
La cosa es que hace años,
más o menos unos 16, le hago el quite al agua potable. Puedo consumirla con
jugos, en el té, en las sopas, pero así “pura” de la llave, imposible. Es por
eso que luego de asumir que no puedo tomar café, me hice adicta a los tecitos.
Pero en esta época del año, tomar tecito es sólo posible en las mañanas y eso,
porque a medida que pasa el tiempo, el tema del calorcito es mucho menos
tolerable, salvo que lo tomes como yo, con hielos.
En uno de los tantos
seminarios a los que he asistido en mi vida (si, de esos biiien foooomeees)
probé las infusiones de limón y de pepino y mi vida cambió para siempre. Desde
ahí, que siempre que necesito beber agua potable, la mezclo con alguno de los
dos acompañamientos.
Es muy simple, debes tener
agua hervida y dejar reposando en ella, rodajas de limón o de pepino, o ambas y
la dejas enfriar. Si estás apurado, puedes tomar el agua de la llave y exprimir
unas gotitas de limón y listo. ¡Adiós agua potable!
Espero que les guste este
dato y lo puedan ocupar cuando se aburran del agua como yo.
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