¡Queridas súper-amigas Glam! Esta semana tengo la súper-misión de escribir acer de este hombre de todos los tiempos, ese que toda docella vulnerable y en peligro necesita: el macho superhéroe. Lo que sí, no me queda claro, si estos hombres realmente existen o son una mera construcción de la mente femenina, siem´re en busca de un ser románticamente protector.
La lucha de los sexos se conoce desde siempre. Partió, según la Biblia, en el instante mismo en que la “Sita” Eva se jodió a “Don Adán” con eso de la manzana y la serpiente. Y desde ahí, pareciera ser, que todo es culpa nuestra. Además, hay que sumar a esto, la errada creencia de que las mujeres somos el sexo débil. Si, un constructo armado cual castillo de legos, por muchos hombres a lo largo de la historia, que los hace pensar que “todas las mujeres”, en algún momento de nuestras vidas, hemos necesitado y/o ahnelado la presencia de un superhéroe. Lo peor, es que muchas les compramos ese cuento.
¿Cuándo sucede?
De repente estás tan aproblemada y acongojada por un sinfín de situaciones, que no te das ni cuenta como este ser, va de a poco instalándose en tu vida. Te pilla en un momento en que te sientes tan cansada e incapacitada para tomar decisiones que hasta tu le haces un lugar.
Este hombre (sea amigo, touch and go, pololo o marido) que era el consejero, que te escuchaba y orientaba, pasa en un par de semanas a ser tu jefe de campaña, tu asesor comunicacional y tu generalísimo en la toma de decisiones, ¡pero decisiones de tu propia vida!¡Claro! Sumida como estabas en tu estado vulnerable y débil, fue él quien se encargó de todo: decidió si tomabas el nuevo trabajo o no, si pasabas tiempo con tu familia o con él, determinó cómo ibas a pagar esa tarjeta de crédito que reventabas cada fin de mes, lo que comerías en la semana, cómo dormirías y cuánto, etc.
Y tu vida, es verdad, tuvo un respiro, porque llego el superhéroe con sus súper-poderes a solucionarlo todo. ¡Qué rico se siente vivir sin problemas! ¡Que éstos desaparezcan con solo apretar un botón del celular! Basta una llamada mágica y ya está. En ocasiones, no te alcanzas a enterar que tienes el problema, cuando ya te están informando de su solución: “Ya llamé a tu mamá para decirle que el sábado no podrás acompañarla a comprar flores, porque tenemos el bautizo de la Amandita”… ¡Maravilloso! Todo resuelto. Solo te falta el egipcio y las ramas de palmera gigante para que el te abanique.
¿Y cuál es el drama entonces? Sí amiga, tiene una parte mala… Con el tiempo empiezas a perder la perspectiva, tanto así, que te comienza a resultar muy difícil darte cuenta que esa que decide no eres tú, esa que soluciona tampoco eres tú. Así te encuentras de un momento al otro, parada frente al espejo, siendo solo una réplica de lo él quiere que seas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario