Las mujeres nos equivocamos al echarle la culpa a Disney, por mostrarnos desde pequeñas esos príncipes de cuentos de hadas. Aunque no lo crean, Disney igual se basó en la realidad; no la de la mayoría, claramente, pero sí en la de algunas afortunadas que pudieron vivir a su lado felices por siempre.
Los príncipes sí existen, no sé si para convertirnos en protagonistas de un cuento sin final, pero al menos, para amarnos intensamente aunque más no sea por un tiempo. Yo hoy, después de haber vivido una historia de princesas, me cuestiono que es peor, si ignorar su existencia o haberme topado con el en algún momento de mi vida.
Así fue como conocí al príncipe de mi propio cuento. Todo parecía perfecto, cada vez que se me acercaba aparecían los fuegos artificiales y yo sentía que me moría lentamente ante sus encantos. En poco tiempo el ya sabía cómo tratarme, cómo hablarme, lo que me gustaba, hasta lo que esperaba. Un hombre romántico, caballero como ninguno, de esos que te abren la puerta del auto, que llegan con flores, que se instalan en tu rutina diaria, que están siempre, aunque no sea físicamente, que saben sorprender hasta con el detalle más ínfimo. Con él, parecieras haberte enamorado como nunca; a los 30 años te sientes como si tuvieras 15, lo ves y te duele la guata, te abraza y parecieras fundirte de amor.
Un gusto haberte tenido por mi blog, espero verte en alguna gratiferia!!!..........cariños de vuelta ;)
ResponderEliminarMuchas gracias por pasar por mi blog!!!
EliminarCariños
^^