Quiero abandonar todo

A estas alturas del año, cuando el estrés y el cansancio pasan la cuenta, todo pareciera que se viene cuesta arriba, por más fines de semanas que tengas, días de descanso entre medio de la semana, cualquier minuto que tengas para descansar, nada logra que puedas sentirte con más energías. 

En estos períodos en donde pareciera vivir arriba de la pelota del estrés constante es donde muchas veces me cuestiono ser lo que soy. Es simplemente agotador tener que levantarse temprano, correr para hacer todo, porque la levantada ya no es tan temprana como la de marzo, muchas veces me quedo dormida y salgo corriendo al trabajo. Al llegar, me cuestiono: Por qué DioR me pusiste en este lugar. El griterío y las demandas de las niñas se hacen pesadas, tienes un montón de trabajo administrativo que entregar, mientras haces clases y logras desde tu escritorio sentar a la última niña de la sala, es todo un manejo de la rabia demasiado histriónico. Lo único que añoras en esos momentos es estar en paz un rato para poder finalizar los informes solicitados para ayer, ¡Obvio!

Aquí es donde de verdad, quiero abandonarlo todo. Daría cualquier cosa por decir ¡Renuncio! Me levanto todos los días pensando en qué hacer para quedarme en la casa; imagino desde consultas al psiquiatra hasta tirarme por la escalera, confieso que a pesar de eso, nada me detiene, me visto igual, me maquillo y parto rapidísimo al colegio. Durante la jornada, miro y miro el reloj, me siento cansada todo el día y planteo mil excusas para poder irme antes, nada lo suficientemente importante, nunca tomo la decisión de hacerlo, las niñas y el trabajo me convencen que me quede y así, vivos mis días, queriendo abandonar todo, bajar mi carga de trabajo en los blogs, en las páginas, en todo, sólo quiero mi cama, mi sueño y mi paz. 

Finalmente, mi sentido de resposabilidad, perfeccionismos, autoexigencia y egolatría no me permiten ciertas libertades. ¿Cuántas veces no he soñado con ser distinta, ser más care' raja y poder quedarme en casa descansando? Mil, pero es más fuerte que yo, amo trabajar, amo tener muchas cosas que hacer, amo correr de un lado para otro, amo mantenerme ocupada. Esa soy yo.

¿No les pasa que a veces, de verdad, quieren mandar todo a la mierda, pero el sentido de la responsabilidad (y de la autoexigencia) son superiores a ustedes?