¿Se han fijado que los hombres al ver televisión, revistas varias o páginas de internet siempre, pero siempre ponen atención en el mismo tipo de mujer: pechugona, buen poto, piernas largas, pelo maravilloso, labios gruesos y mirada intensa? Creo que en esos cinco segundos “de vitrineo” son capaces de imaginarse la tremenda película porno con ella; lo imaginan todo: la desvisten, le dan más vueltas que pollo asado y se la comen… con la mirada.
Sin embargo, a la hora de elegir con quien pasar la vida, ¿qué es lo que ellos prefieren? ¡Obvio! La cabrita con cara de santurrona, excesivamente angelical y de buenas intenciones. Así es, la rosa pastel, pero pastel en todo sentido. Esa que al mirarla parece ser la gemela de Teresa de Calcuta, bueeeeeeeeeeeeeeeeeena… buena, y de adentro. Esa que se preocupa de los detalles, la que es incondicional, que se deja de lado a sí misma para estar flor para su enamorado; esa ‘presentable’ a la familia, la protagonista del tecito con la suegra.
Lo que muchas ignoramos, es que esa ‘copia extraña’ de Miss Universo, es ‘un gato’ en la cama. Lleva elperreo intenso escondido entre su ropa interior, se las sabe por libro, si hasta estudió secretamente cada posición del kamasutra. Tiene además un tesoro escondido que es su perfume con feromonas para andar deslumbrando no solo a su marido, sino a cuanto hombre se le acerque. Le gusta grabar escenas eróticas, ver su cara en los espejos teniendo sexo, y tantas cosas más. Definitivamente, es una magíster en el arte amatorio.
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